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Durante los meses fríos, es habitual que nuestras casas y oficinas permanezcan mucho más cerradas que en épocas cálidas. Se abren menos las ventanas, se prioriza conservar el calor, y los sistemas de calefacción —como calderas, radiadores, estufas a gas o splits en modo calor— funcionan durante más horas al día. Si bien estos equipos son fundamentales para mantener el confort térmico, su uso prolongado, combinado con una ventilación inadecuada y una falta de mantenimiento, puede convertirlos en un riesgo silencioso para la salud respiratoria.

¿Cómo influye el HVAC (calefacción, ventilación y aire acondicionado) en la calidad del aire interior, qué enfermedades puede agravar y cómo prevenir sus efectos negativos con soluciones prácticas y eficaces? Aquí te lo contamos.

1. ¿Cómo afecta la calefacción a la salud respiratoria en invierno?

El sistema HVAC no solo regula la temperatura del ambiente, sino también la calidad del aire que respiramos. En invierno, al mantener los espacios más cerrados y usar más intensamente la calefacción, los contaminantes tienden a acumularse y circular sin renovación adecuada. Si el sistema no se limpia ni se revisa correctamente, puede transformarse en un foco de alérgenos y contaminantes como:

  • Ácaros del polvo
  • Polen (en menor cantidad en invierno, pero aún presente)
  • Esporas de moho
  • Bacterias y virus
  • Compósitos orgánicos volátiles (COV). (Se trata de sustancias químicas que pueden encontrarse en los productos de limpieza e incluso en los cosméticos.)
  • Pelo y caspa tanto de personas como de mascotas

Según la Agencia de Protección Ambiental de EEUU (EPA), el aire interior puede estar hasta cinco veces más contaminado que el exterior. En invierno, esa diferencia suele acentuarse, ya que la renovación natural del aire es menor. Un sistema HVAC mal mantenido puede agravar aún más esta situación.

Sugerencia de Surair: realizar una limpieza profunda del sistema al inicio del invierno y combinar calefacción eficiente con ventilación controlada para asegurar aire sano durante toda la temporada.

2. Problemas de salud respiratoria asociados al mal uso de la calefacción en época invernal

La relación entre la calefacción y la salud respiratoria está íntimamente unida al uso intensivo de calefacción sin ventilación adecuada que puede agravar o desencadenar diversas afecciones respiratorias, sobre todo en personas vulnerables como niños, personas mayores o pacientes con enfermedades crónicas. Entre los síntomas y patologías más frecuentes se encuentran:

  • Rinitis alérgica
  • Asma y crisis asmáticas
  • Bronquitis
  • Sinusitis
  • Irritación ocular y de garganta
  • Dolor de cabeza y sensación de fatiga

Además, la sequedad ambiental provocada por ciertos sistemas de calefacción puede resecar las mucosas respiratorias, aumentando la susceptibilidad a infecciones. En personas inmunodeprimidas, la exposición prolongada a un aire contaminado o seco puede conllevar riesgos mayores.

3. Causas frecuentes de contaminación del sistema HVAC

Los principales factores que convierten un sistema de calefacción o climatización en un riesgo para la salud son:

🔧 Falta de mantenimiento
La acumulación de polvo, hollín, pelusas o microorganismos en filtros, cañerías o radiadores es una fuente habitual de contaminación del aire interior.

🧫 Humedad excesiva o inadecuada
Una mala regulación de la humedad favorece la proliferación de moho y bacterias, sobre todo en calderas mal ventiladas o en sistemas con fugas.

🌬️ Filtros inadecuados
Los filtros de baja eficiencia no capturan las partículas más finas ni los alérgenos. En calefactores eléctricos o sistemas sin filtrado, el polvo acumulado se recircula constantemente.

Ventilación deficiente
El hábito invernal de no abrir las ventanas para no “perder el calor” contribuye a que los contaminantes se acumulen y recirculen sin renovación.

4. Soluciones prácticas para proteger la salud en invierno

Mantener el sistema HVAC en buen estado no solo mejora la calidad del aire interior, sino que también reduce el consumo energético y prolonga la vida útil del equipo. Algunas recomendaciones clave para los meses fríos:

1. Utilizá filtros de alta eficiencia (HEPA)
Los filtros HEPA capturan hasta el 99,97% de las partículas en suspensión. Son ideales para hogares con personas alérgicas o con problemas respiratorios, especialmente cuando se usan splits o sistemas centrales.

2. Realizá un mantenimiento regular del sistema

  • Limpia o cambiá los filtros cada 1 a 3 meses.
  • Revisá calderas, estufas y radiadores antes del inicio del invierno.
  • Verificá la presencia de obstrucciones o residuos en conductos.
  • Contratá a un técnico especializado para una inspección general dos veces al año.

3. Controlá la humedad ambiental
Mantener la humedad relativa entre el 40% y el 60% ayuda a evitar la sequedad del ambiente y la proliferación de microorganismos. En invierno, es frecuente que la calefacción reseque el aire: usá humidificadores si es necesario.

4. Ventilá, aunque haga frío
Aunque cueste, abrí las ventanas al menos 10 minutos por la mañana y por la tarde para renovar el aire. Si podés, instalá un sistema de ventilación mecánica controlada (VMC) que mantenga el aire limpio sin perder calor.

5. Incorporá sensores de calidad del aire
Los dispositivos inteligentes permiten monitorear la presencia de partículas, gases y humedad en tiempo real, alertando sobre problemas antes de que afecten tu salud.

5. ¿Cuándo consultar a un profesional?

Si notás que los síntomas alérgicos o respiratorios se intensifican al estar en espacios cerrados durante el invierno, o si sentís olores extraños al encender la calefacción, es momento de:

  • Consultar a un especialista médico (alergista o neumonólogo).
  • Solicitar una inspección técnica del sistema HVAC.
  • Evaluar la calidad del aire interior con equipos profesionales.

6. Checklist descargable para un invierno saludable

🔧 Lista de control para mantener el aire limpio y saludable en tu hogar u oficina en invierno

✅ Cambiar filtros HEPA (cada 1-3 meses)
✅ Revisar calderas, estufas y radiadores (previo al invierno)
✅ Comprobar niveles de humedad (mantener entre 40% y 60%)
✅ Limpiar rejillas de salida y entrada de aire
✅ Contratar revisión técnica profesional (cada 6 meses)
✅ Ventilar naturalmente el espacio (al menos 10 minutos por día)
✅ Instalar sensores de calidad del aire interior
✅ Usar purificadores si hay mascotas o personas alérgicas

Conclusión

En invierno, cuando más tiempo pasamos en interiores y usamos intensamente la calefacción, el sistema HVAC puede ser tanto un aliado como un enemigo silencioso de tu salud respiratoria. Su impacto depende directamente del tipo de filtros que utilice, de su correcta instalación y, sobre todo, del mantenimiento periódico y responsable.

Adoptar buenas prácticas en el uso y cuidado de estos sistemas durante los meses fríos contribuye significativamente a prevenir alergias, infecciones respiratorias y otros problemas vinculados al aire contaminado. Respirar aire limpio también en invierno es una inversión directa en tu bienestar y el de tu familia.


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